“La violencia de género es la primera escuela de todas las otras formas de violencia” (Rita Segato).
Este día surge en conmemoración de las hermanas Mirabal, tres activistas políticas de la República Dominicana que fueron brutalmente asesinadas en 1960 por la dictadura de Rafael Trujillo. Actualmente, mujeres y niñas, como las hermanas Mirabal, siguen siendo violentadas en sus casas por sus parejas y familiares, en sus barrios, en espacios públicos, en el sistema educativo, económico, de justicia y de salud, y por cierto, en sus trabajos.
Este día nos invita a tomar conciencia sobre la violencia contra las mujeres y las niñas como una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas y preocupantes a nivel mundial. Si miramos el escenario nacional y las noticias que han marcado las últimas semanas, vemos que aún estamos lejos de vivir en una sociedad que asegure seguridad, justicia y una vida libre de violencia para las mujeres y disidencias. En efecto, hoy las cifras nos hablan de una cruda realidad, donde en Chile ya van a la fecha 34 femicidios consumados.
Para este Liceo, el trabajo en una educación no sexista es un imperativo no sólo de su Proyecto Educativo actual, sino desde sus sentidos fundacionales de inclusión y justicia social. Es así, como Comunidad Educativa tenemos el desafío compartido de trabajar con especial insistencia en el reconocimiento y la reflexión sobre la violencia de género y sus consecuencias en la vida de mujeres y niñas.
El trabajo educativo en sensibilización y prevención de la violencia de género es una dimensión que resulta prioritaria de integrar transversalmente al desarrollo pedagógico curricular en todos los ciclos educativos y asignaturas, avanzando así en la tan necesaria Educación Sexual Integral. La violencia hacia las mujeres expresada en las relaciones de pololeo, en el sexismo, en la violencia sexual, en los fenómenos de acoso y exposición digital, son temáticas prioritarias de problematizar y transformar como comunidad.
Necesitamos volver una urgencia del presente y de la vida de nuestro estudiantado este problema, trascendiendo la efeméride y volviéndolo una preocupación cotidiana en nuestras relaciones y prácticas pedagógicas.
Marcela Bornand Araya
Directora
Liceo Experimental Manuel de Salas