«En este contexto, en el Liceo Experimental Manuel de Salas hemos asumido el compromiso de acompañar, contener y educar en un horizonte que combine el cuidado con la responsabilidad. Sabemos que no basta con intervenir cuando estalla el conflicto: necesitamos prevenir, formar, y sostener una cultura que mire la diferencia como una oportunidad de encuentro y democratización de nuestros vínculos».
Columna Facundo Ferreiros
Equipo de Convivencia Escolar Ciclo 4
Cada año, el Día de la Convivencia Escolar nos invita a detenernos un momento en medio del ritmo agitado del aula para preguntarnos: ¿cómo estamos viviendo juntos y juntas en esta comunidad que compartimos? La convivencia no es un conjunto de normas, ni un reglamento archivado. Es un tejido colectivo delicado, hecho de miradas, palabras, silencios y gestos cotidianos. Es en ese entrecruce donde se juega, día a día, la posibilidad de construir una escuela más democrática, justa y cuidadosa.
Hoy, los desafíos de la convivencia educativa se entrelazan con transformaciones sociales más amplias. La nueva política de Convivencia Educativa Democrática nos invita a repensar nuestros vínculos comunitarios desde una lógica formativa y participativa, que ponga en el centro el diálogo, la corresponsabilidad y el reconocimiento de la diversidad. Ya no se trata solo de “corregir” lo que no funciona, sino de promover activamente formas de vivir juntos más comprensivas y respetuosas, reflexivas y sensibles a la diversidad.
En este contexto, en el Liceo Experimental Manuel de Salas hemos asumido el compromiso de acompañar, contener y educar en un horizonte que combine el cuidado con la responsabilidad. Sabemos que no basta con intervenir cuando estalla el conflicto: necesitamos prevenir, formar, y sostener una cultura que mire la diferencia como una oportunidad de encuentro y democratización de nuestros vínculos.
Por eso, algunas de nuestras acciones han buscado sembrar, más que imponer. Se promueven espacios de mediación, escucha y reparación cuando los vínculos se han dañado, cuidando que las respuestas no se limiten a castigar, sino que inviten a comprender, reparar y reconstruir confianzas. Y junto con ello, sostenemos un trabajo cotidiano de acompañamiento a los cursos, en articulación con equipos docentes, asistentes y apoderados, entendiendo que ninguna transformación profunda se hace en solitario.
Convivir no es solo coexistir. Es elegir, una y otra vez, el camino del encuentro. Es mirar el conflicto como oportunidad de diálogo y aprendizaje. Es atreverse a hablar cuando algo duele, a escuchar cuando alguien necesita ser oído, a proponer formas nuevas de estar juntos en la diferencia.
En este día de la Convivencia Escolar, queremos recordar que cada gesto cuenta. Que educar también es sembrar, y que cada semilla de buen trato, cuidado y respeto puede florecer en una escuela donde todas las voces tengan lugar.
